Bizcochitos de plátano y nueces

¡Hola a tod@s!

¿Qué tal estáis? Vosotros conocéis ese refrán que dice algo así como: "Cuando el diablo no tiene nada que hacer..."

Pues algo así es lo que yo he estado haciendo... Y no por falta de cosas por hacer, al contrario... Pero si por algún motivo te toca estar encerrada unos días en casa, te inventas lo que sea para que te pasen las horas... En mi caso, he aprovechado para ponerme al día con una de mis asignaturas pendientes...la cocina. En concreto, la repostería. Me ha picado el gusanillo por las magdalenas.

Vi esta receta en una revista y desde entonces que la he querido probar. Y...lo he conseguido! Aquí tenéis la foto del resultado:

¿Qué os parecen? ¿Tienen buena pinta? Pues buenas estaban, eso me dijeron... Bueno, vale, yo también las probé, pero la opinión de la cocinera no cuenta en este caso...

Aquí os dejo la receta por si os animáis a hacerlas. Como veréis la receta original no llevaba nueces, se las añadí yo, así que podéis hacerlas como más os guste . Bon appétit!

Pastelitos de plátano

 

Ingredientes

 

2 plátanos maduros

80 g de mantequilla

1/2 cucharadita de canela

80 g de azúcar

100 ml de leche

1 huevo

210 g de harina

1/2 sobre de levadura en polvo

1/4 cucharadita de sal

Azúcar glas

 

Elaboración

1. Pela los plátanos, córtalos en rodajas y saltéalas durante dos minutos en una sartén con una nuez de mantequilla. Añade la canela, remueve y prosigue la cocción un par de minutos. Retíralas del fuego, deja que se enfríen y machácalas con un tenedor.
2. Reserva un poco de la mantequilla que queda y mezcla el resto en un cuenco con el azúcar, el huevo y la leche, batiendo con unas varillas manuales. Tamiza 200 g de harina con la levadura y la sal, directamente sobre la mezcla anterior, y sigue batiendo hasta incorporarlas del todo.
3. Agrega el plátano y remueve. Unta los moldecitos con la mantequilla reservada y espolvoréalos con el resto de la harina. Rellénalos hasta la mitad con la masa y cuécelos durante 20 minutos en el horno precalentado a 180º.
4. Sácalos y déjalos enfriar sobre una rejilla. Desmóldalos con cuidado de no romperlos y sírvelos fríos, espolovoreados con un poc de azúcar glas.